Capturar el espíritu del lugar e inscribirse en esa continuidad y, teniendo en cuenta la importancia del programa que desarrollamos, crear también un lugar nuevo…
Colocación del edi cio en los ancos de la colina, terrazas dominantes a la manera de grandes restanques urbanos, densidad constructiva, calles estrechas y puntuadas por placetas y plazas de geometría compleja, pasajes discretos bajo los inmuebles, fachadas altas, simplicidad de los volúmenes y rigor en las excavaciones, abandono de las alineaciones, preponderancia de tonos ladrillo y rosas, inclusión del barro cocido y techos simples a dos aguas, papel de las fuentes, presencia concreta pero también simbólica del agua. Esta es la lista no exhaustiva de los elementos que componen juntos la identidad urbana de Grasse.
El proyecto desarrolla volumetrías simples y tradicionales: grandes paralelepípedos encajados, unidos y yuxtapuestos que imitan las volumetrías tradicionales de la ciudad.
Todos los revestimientos son de barro cocido lo cual tiene un doble efecto estético: mimetismo aparente con las materias de la ciudad existente, y distanciamiento modernista, en el sentido de que los revestimientos utilizados revelan un vocabulario contemporáneo.
El proyecto se integra en la materia de la ciudad viva, retomando las pendientes y los materiales de los tejados, al tiempo que sustituye la teja tradicional por una super cie plana de barro cocido: ambivalencia a nivel de integración que muestra simultáneamente su carácter evidente y una variación notable en relación al entorno construido.